Todo comenzó con un sueño: encontrar un refugio en la naturaleza donde pudiéramos hallar paz, lejos del ruido y la contaminación de las ciudades.

Nuestra aventura nos llevó al sur de Chile, iniciando en el Parque Nacional Conguillío y recorriendo la carretera Austral hasta Chile Chico. De todos los lugares que visitamos, el Parque Conguillío se convirtió en nuestra experiencia más hermosa, encendiendo en nosotros la búsqueda de un rincón cercano a su esplendor. Tras explorar numerosas parcelas, finalmente encontramos este maravilloso lugar que ahora llamamos hogar.

Al principio, nuestro proyecto se centraba en crear un espacio para nuestras familias, impulsados por la incertidumbre del mundo. Una entrevista con Douglas Tompkins nos inspiró a pensar que el futuro estaba en la vida rural, y eso nos hizo sentir que estábamos en el camino correcto.

Al llegar, decidimos no solo aprovechar este espacio, sino también ofrecer a otros la oportunidad de vivir nuestra experiencia. Así, en 2017, comenzamos esta hermosa aventura. Optamos por trabajar con materiales no convencionales, conscientes del impacto ambiental que generan. Incorporamos estos elementos de manera armónica en el paisaje, creando tres cabañas a partir de contenedores marítimos reciclados y seis sitios de glamping hechos con tuberías de hormigón, todo respetando las vistas y el bosque que nos rodea. Nuestra antigua casa se transformó en un acogedor restaurante y recepción, y ahora contamos con un pequeño huerto agroecológico, complementado por nuestros caballos, ovejas y gallinas.

Estamos en constante evolución y no sabemos exactamente a dónde nos llevará este camino. Pero sí tenemos la certeza de que junto a nuestro equipo lo haremos siempre de la mano de la conservación, el respeto por nuestro medio ambiente, el apoyo a proveedores locales y la rica cultura mapuche que define esta hermosa región de La Araucanía. ¡Los invitamos a ser parte de esta historia y vivirla con nosotros!